Somos una empresa familiar dedicada desde el año 1979 a la fabricación, venta y distribución de pinturas al agua.
Con amor y pasión hacia el detalle y buscando siempre la mejor calidad producimos desde nuestra sede en Granada (España) pinturas que traen vientos frescos a las casas siguiendo una tradición familiar desde hace más de 40 años.
Nuestra misión es ayudar al cliente a cumplir con sus expectativas, dándole calidad y buen servicio. Estamos cerca de usted, mostramos las cosas claras y bien hechas, como debe ser.
Nuestro propósito es atender las necesidades de todos los que buscan un servicio rápido, bueno, con claridad y ofreciendo lo que necesita.
Queremos ayudar y aportar calidad, no sólo ser un negocio más, sino que mediante una experiencia satisfactoria, el cliente se siente bien atendido y ayudado a cumplir con sus objetivos.
Por supuesto cuidamos el medio ambiente, trabajamos cada día para que nuestros productos causen el menor impacto medioambiental posible, y promovemos un uso responsables de los recursos que nos rodean
Trabajamos con los mejores proveedores de materias primas, nacionales e internacionales. Con la mejor maquinaria de bajo consumo y automatizada, con procesos optimizados, simplificados y personal altamente cualificado.
En nuestro departamento I+D+I disfrutamos trabajando en equipo para buscar fórmulas nuevas que no solo sean competitivas en el mercado sino también respetuosas con el medioambiente.
Aplicamos los estándares más estrictos de control y calidad para tener el mejor producto posible. Tratamos personalmente con nuestros proveedores y visitamos asiduamente sus instalaciones, todos ellos no solo disponen de laboratorios propios sino que son también líderes en sus sectores. Esto nos permite mantener los mismos estándares de calidad en todas nuestras materias primas y a su vez garantizar la calidad de nuestras pinturas.
Con 20 años y con el objetivo de tener trabajo estable y mejorar profesionalmente. Nuestro fundador se presenta a una prueba de acceso para un puesto de trabajo en una empresa internacional que se dedica a la fabricación de cañas de pescar, y que ha establecido sus instalaciones en granada. Superada la prueba, se incorpora a la división de pintura.
Allí además de un puesto de trabajo, descubre algo que se convertiría en su pasión y su oficio, El sector de la PINTURA, un lugar que le permite explotar sus capacidades, aprender y crecer profesionalmente (formulación de productos, ensayos, aplicaciones, negociación con los proveedores, etc...).
En su afán de mejora, no para de formarse, acude a ferias, eventos, cursos, prácticas, visita las fábricas de los proveedores. Participa en todas las áreas de proceso, desde la formulación de la pintura, hasta la aplicación final. Desarrolla tecnología y metodología propia, agiliza el proceso de pintado, mejora el secado, e incluso el stock de la materia prima y del producto terminado. Y en poco tiempo se convierte en jefe de equipo.
Otra de sus facetas, su gran capacidad de relación y empatía con los demás, no pasa desapercibida en el sector, es la persona que conecta fácilmente y tiene conocimientos técnicos. Por todo esto, varios fabricantes y proveedores ven su potencial como agente de ventas y le proponen colaboraciones de vendedor como pluriempleo.
No hay mal que por bien no venga dice el refrán. Este año la empresa que tantas alegrías le había dado, echa el cierre. Como su aventura como vendedor de pintura industrial y decorativa estaba siendo exitosa, su esposa y él deciden dedicarse a ello a tiempo completo, y ahí comienzan su aventura como empresarios.
Tenían una idea, hasta entonces la pintura se encontraba en ferreterías o droguerías, era una parte de otros comercios, y había pocas opciones a elegir. Entonces deciden arriesgarse y poner en práctica su idea, Una tienda especializada en pintura.
Un lugar donde ofrecían sobre todo asesoramiento, el producto más adecuado para la aplicación que quería cada cliente, variedad de precios y calidades, todas las herramientas y anexos más adecuados para pintar, y además te lo llevaban a casa.
Tras unos años exitosos, deciden ampliar el negocio. Adquiere un solar cercano y diseña todo el concepto, sótano para almacén (y además con iluminación natural), tienda diáfana, oficinas, e incluso deja preparado una posible ampliación con más plantas encima.
Pero se dan cuenta de que se han equivocado. Querían empezar a fabricar productos propios, y en ese sitio no se podía fabricar nada, ya que estaba entre edificios de viviendas, la calle era muy transitada, era difícil la carga y descarga de los camiones con la materia prima o el producto terminado. La entrada y la salida se realizaban por el mismo sitio, etc... Cada vez más inconvenientes y deciden cerrar. En aquel tiempo ya tenían a sus 4 hijos. Pero tienen un plan.
Para poder desarrollar al 100% todo el potencial de su negocio, se dan cuenta de que se tienen que ir, compran unos terrenos en un polígono industrial muy cercano. Y concienzudamente cuidan cada detalle, esta vez no se van a equivocar. Seleccionan cuidadosamente la ubicación, consiguen visibilidad y amplitud para los vehículos de los clientes. Un lugar perfecto para ubicar la tienda y en un futuro la fábrica, que puedan crecer individualmente y no se entorpezcan entre ellos, totalmente sinérgico.
Y por supuesto el nombre, después de todo el esfuerzo, los altibajos sufridos, y en un momento en que estaba puesta toda la carne en el asador, había que acertar con el nombre, un nombre que reflejara lo más importante de la empresa, que recogiera la experiencia y el sacrificio realizado, y esto se encontraba en las dos personas que lo habían hecho todo, el emprendedor, la cabeza visible Víctor y la piedra angular, el faro que guiaba las decisiones María Angustias, y así nació VICMAR (VIC Víctor y MAR María Angustias)
Esto marcha, poco a poco y con mucho esfuerzo, en estos años ya se están fabricando algunos productos simples como la pasta al temple, se incorpora más personal, y toda la parte logística se realiza con vehículos propios. Están creciendo y ven el potencial que tienen los productos fabricados, la demanda cada vez es mayor.
Así que empiezan a fabricar productos más complejos, nacen las PINTURAS VICMAR
de vez en cuando, en vacaciones, por las tardes y festivos, es normal ver a cuatro niños por la fábrica, jugando entre los botes de pintura, barriendo el suelo, o acompañando a sus padres en visitas. La segunda generación empieza a asomar.
Los 4 hijos, desde pequeños compartían con sus padres el amor hacia el negocio familiar, y cuando llegó el momento no se lo pensaron dos veces, durante los siguientes años, se incorporaron a la empresa, empezó con María y Noelia en este año, y termina en 1998 con la llegada de Víctor y Enrique.
Estos años son muy especiales para todos, ya que (al igual que su padre en aquella empresa de cañas de pescar), cada uno tenía que encontrar su sitio. Alternaron trabajo y formación. Pasaron por todos los puestos de trabajo y poco a poco descubrieron lo que se les daba mejor y qué podían aportar a la empresa.
En estos años, la empresa ha crecido, el volumen de fabricación es mayor, y cada miembro de la familia tiene su sitio Víctor Aranda (padre) y María Angustias (madre), marcan la línea a seguir y los objetivos desde la gerencia María Angustias (hija), se ocupa de las ventas de tienda
Noelia se ocupa de la administración Víctor (hijo) se encarga de la fabricación de los productos Enrique ejerce como agente de ventas/asesor de clientes
Durante estos años, cada parte se refuerza, y marcan varios hitos, amplían proveedores y productos comercializados, para poder cubrir mejor las necesidades de los clientes.
Nace el departamento de I+D+I, mejoran la calidad de los productos, y surgen otros nuevos. Crean una base propia para sistema tintométrico capaz de adaptarse a cualquier sistema, administración implementa un sistema integral de gestión y control empiezan a fabricar para terceros y desarrollan fórmulas personales para cada cliente.
Llegan vientos nuevos, desde la atenta mirada de sus padres, la segunda generación asume el mando, y tienen grandes retos que afrontar. Hay una crisis económica global, que ha afectado al sector, masificándolo y recrudeciendo la competencia.
Pero esto no les frena, y están preparados para afrontar el presente y el futuro. Mejoran las instalaciones, instalan maquinaria más moderna y sectorizan por productos las áreas de fabricación. Todo es más eficiente. Optimizan la gestión de ventas, y la distribución de los productos.
Tras la transformación del modelo económico, post-crisis, deciden dar un paso adelante e innovar. Amplían la zona de venta al público, dejando mucho espacio para que el cliente se mueva cómodamente entre los productos, así puede elegir tranquilamente. Y acompañados siempre por un asesor.
El departamento de I+D+I desarrolla un nuevo sistema de producción, reduce el tiempo de fabricación, consume menos energía, y al mismo tiempo mejora la calidad de los productos exponencialmente.
La fábrica se ha convertido en un módulo flexible. Puede realizar grandes cantidades de producto, o muy pequeñas, de forma eficiente. La capacidad de formulación es ilimitada, y la variedad y personalización de los productos es total. La tienda está optimizada al máximo, los tiempos de espera de los clientes son mínimos. Damos un trato cercano y la atención es totalmente personalizada.
Queremos causar el mínimo impacto medioambiental posible, para ello hemos ido transformando poco a poco todas nuestras áreas para ser más eficientes. Hemos disminuido el consumo de agua en fabricación, ahorrando así nuestro bien más preciado.
Usamos envases 100 % reciclados en nuestros productos, damos un servicio de entre en 24/48h, y optimizado para disminuir la circulación de vehículos y por lo tanto reducir las emisiones.
